PÉSAME
José Antonio Aspiros Villagómez
Una nueva noticia muy triste llegó a mi buzón electrónico en la mañana del lunes 29 de septiembre: el deceso, el viernes pasado, de mi querida amiga, colega y compañera de aulas Elsa Estela Rodríguez Estrada, esposa del también gran camarada Salvador Estrada Castro, a quien mando mi pésame, lo mismo que a sus hijas e hijo.
Elsa fue, además, la jefa de mi hija Diana Araceli Aspiros Heras en la revista Contenido, cuando se inició en el periodismo hace 36 años. ’Ella fue como mi maestra’, me dijo Diana quien también fue amiga del matrimonio Estrada Rodríguez y de su familia.
Y fue en su domicilio, cuando recién casados vivían en Tlatelolco, donde tuvo lugar mi despedida de soltero para mi primer matrimonio. Además, ella fue quien tuvo la gentileza de avisarme -porque eran vecinos en Lindavista- cuando fallecieron nuestros igualmente amigos y colegas Lupita Pedroza (2016) y Salvador Flores Llamas (2019).
Todos ellos: mis amigos, mi hija y yo, hicimos la carrera en la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’. Yo la inicié con Salvador Estrada y, como perdí un año, la terminé con Elsa en la siguiente generación. Flores Llamas se graduó antes y se casó con otra compañerita de aulas, Ana María González Paz y Puente, a cuya boda me invitaron y escribí una reseña para la revista Juventud Católica, donde colaboraba (y después fui jefe de redacción y luego director).
Cuando estudiábamos periodismo, Elsa colaboraba con Lumiere, sobrenombre de un columnista de cine en las páginas de Excélsior, pero la mayor parte de su trayectoria profesional fue con el fumador de puros don Armando Ayala Anguiano -el director- en la revista Contenido, como jefa de redacción. Mientras que, Salvador su esposo, hacía una columna en el Diario de la Tarde que firmaba como Elsys, aunque uno de sus principales trabajos fue como reportero del noticiario 24 Horas con Jacobo Zabludovsky.
También en la época de estudiantes, una vez fuimos en grupo a ver la obra teatral A ocho columnas y charlamos con el autor, el dramaturgo Salvador Novo pero, además, Elsa lo entrevistó; y también fue quien habló a nombre de los alumnos cuando nos graduamos. Y no sólo eso: nos titulamos como licenciados en periodismo Elsa, Salvador y yo en la misma fecha, junto con mi esposa Norma Vázquez Alanís (ella, egresada de la FCPyS/UNAM) pues todos teníamos pendiente ese trámite.
Los recuerdos y vivencias son muchos, incluida la vez en que Salvador (mi colega como reporteros ambos en la Agencia Mexicana de
Servicios Informativos), cuanto trabajaba en comunicación social del Senado, sufrió un secuestro exprés y recibió golpes que lo tuvieron incapacitado mucho tiempo. Sucedió en febrero de 2020 y lo abandonaron inconsciente en Tecamac, Estado de México. Salvador es compañero en las filas del Club Primera Plana, importante asociación civil de periodistas con trayectoria, que fue desde donde enviaron la esquela de Elsa este lunes 29.
Ahora mando a Salvador el pésame del matrimonio Aspiros Vázquez y de mi hija Diana, muy afectados por la noticia de la partida de su esposa, y lo hacemos extensivo a sus hijos Tere, Nazareth y Salvador Estrata Rodríguez, así como a toda su familia. Descanse en paz mi inolvidable colega y amiga.